La erupción volcánica de 2021 en la cordillera de Cumbre Vieja en la isla de La Palma (Islas Canarias, España) suscitó preocupaciones sobre el posible impacto en los recursos de aguas subterráneas. Este estudio es la primera parte de una serie de artículos que investigan estos impactos y se centra en los efectos hidráulicos de la erupción, mientras que los artículos posteriores explorarán las consecuencias geoquímicas. Se instalaron tres pozos equipados con sensores para medir la carga hidráulica, la temperatura y la conductividad eléctrica del agua subterránea cerca del volcán. El monitoreo comenzó durante la erupción y continuó durante un año después. Se realizaron análisis estadísticos para evaluar la relación entre las variables medidas y las mediciones en tiempo real de la amplitud sísmica (RSAM, por sus siglas en inglés). Además, se evaluó la posibilidad de vaporización del agua subterránea debido a la emergencia de magma mediante un modelo numérico de flujo de agua subterránea en la isla. Se calcularon coeficientes de correlación para evaluar la relación lineal entre los parámetros del agua subterránea y las señales sísmicas, observando una asociación estadísticamente significativa y sugiriendo variaciones casi instantáneas en parámetros como los niveles de agua subterránea y la conductividad eléctrica. Se observaron diferentes patrones de respuesta de los niveles de agua subterránea en áreas de recarga en las tierras altas en comparación con las áreas de descarga, mostrando una dirección de correlación opuesta. La deducción de tendencias naturales a partir de los modelos de regresión lineal de la carga hidráulica y RSAM dos meses después de la erupción reveló un impacto más predecible en el sistema de aguas subterráneas, a medida que el sistema hidrogeológico se ajusta a la actividad volcánica y sus efectos en el acuífero.
La simulación hidrogeológica del "efecto de bombeo de magma" sugirió que la extracción de agua subterránea era posible, pero la ausencia de una red adecuada de monitoreo de aguas subterráneas hizo imposible determinar la cantidad de agua extraída del acuífero. El análisis de incertidumbre mostró valores de hasta 2000 m3 por día. Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para comprender los impactos negativos de las erupciones volcánicas en los recursos de aguas subterráneas, resaltando la necesidad de un monitoreo y evaluación regulares por parte de hidrogeólogos y profesionales de la gestión del agua.
Puedes descargarte el artículo completo aquí:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352801X23000899?via%3Dihub#fig1
Un saludo Juan Carlos Santamarta
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