COMPARACIÓN DE LAS OBRAS HIDRÁULICAS LLEVADAS A CABO EN LAS ISLAS OCEÁNICAS CON LA EJECUTADAS EN CANARIAS
Canarias lidera a nivel
mundial el conocimiento hidrogeológico del agua en regiones volcánicas, por
ello, puede tener un papel destacado los próximos años transfiriendo tecnología
y conocimiento a otras islas y terrenos volcánicos pero es necesario un nuevo
plan integral de investigación de los recursos hídricos subterráneos con las
nuevas técnicas geofísicas y geoquímicas disponibles. Hay que recodar que el
último gran plan de investigación fue en el año 1975, el crecimiento de la
población y los constantes incrementos del combustible pueden llegar a colapsar
las islas en 20 años, desde el punto de vista de la energía y por lo tanto del
agua ya que su producción, transporte, depuración y reutilización dependen como
un binomio constante de la energía.
La obras hidráulicas de
Canarias aunque tienen cosas en común con las continentales tienen
singularidades únicas, por un lado están las galerías y minas de agua, que son
el buque insignia de la ingeniería minera de Canarias. Son similares a las que
se pueden encontrar en la Península (galerías filtrantes) Japón, Sicilia o
Hawái (dike tunnel) , si bien el lugar donde mayor número hay con grandes
profundidades es Canarias, por otro lado
salvo en Japón, en los demás sistemas insulares como Azores, Cabo Verde,
Islandia o Sicilia, la cantidad de
población a abastecer no es tan elevada como Canarias con más de dos millones
de habitantes y 12 millones de turistas; la región más similar sería Hawái con
un poco más de un millón de habitantes y 6 millones de turistas. Existen otras
obras singulares como, tomaderos de barranco con más de 100 años de antigüedad,
balsas encajadas en cráteres volcánicos, grandes presas de mampostería y miles
de kilómetros de canales de trazados imposibles. Por supuesto no hay que
olvidarse del pozo canario, con profundidades de hasta 700 m.
Las obras hidráulicas
tradicionales son en general de origen árabe, de hecho las gavias o nateros se
pueden encontrar en zonas de África o Israel, donde se denominan guadis, por otro lado; si bien los
enarenados de Lanzarote que se han utilizado en Almería o Israel son
originarios de Canarias. La arquitectura hidráulica doméstica de Canarias se ha
expandido a todo el mundo, como es el caso de la destiladera que se puede
encontrar en Venezuela y sobre todo en Sancti Spiritus en Cuba. También podemos
ver piedras molineras, lavaderos, etc…
Entre todas las
comentadas, si hay que destacar un
aprovechamiento hidráulico vinculado a Canarias, sin duda alguna este sería el
árbol Garoé, no solo por el efecto de la lluvia horizontal, si no por la
impermeabilización usada por los bimbaches en las pozas donde guardaban el agua
producida por el árbol mezclando resina de pino y árido.
Otro vector de
conocimiento que se ha desarrollado en Canarias, por necesidad, ha sido la
desalación de agua de mar pero a día de hoy no es sostenible a no ser que esté
apoyada por energías renovables, principalmente mediante energía eólica y como
complemento a bombeos reversibles, como es el caso de la isla de El Hierro y en
un futuro los bombeos de las presas de Chira-Soria, aunque hay proyectos
pensados para La Palma, La Gomera y Tenerife. Lo que es evidente es que la
factura de la desalación en las islas crece con el coste del combustible,
actualmente ronda los 175 millones de euros y aunque la técnica avance los
costes del petróleo siguen subiendo en paralelo.
La hidroeficiencia y el
ahorro en el consumo de agua es fundamental también, controlando la demanda del
usuario y mejorando las redes de transporte. En el primer caso perdemos al año
casi 8 millones de euros solamente con el uso de la cisterna, agua de
excelente calidad que tiramos por las
tuberías, con un sistema de descarga parcial lograríamos al año un ahorro de
casi 4 millones. En el segundo caso hay zonas en Canarias donde se pierde el
40% de los caudales en los canales, podemos tomar de referencia Israel, el país
que más invierte en eficiencia en las redes y pierde un 13%. Hay que
mentalizarse que ahorrar agua es ahorrar energía y por lo tanto rebajamos la
factura del petróleo que lastra notablemente la economía insular. La factura
del agua en Canarias supone 310 millones de euros al año, un tercio lo asume la
agricultura que no puede competir con esos costes, desde mi opinión sería conveniente cargar más
los costes del agua al turismo que a nuestra agricultura, que en cierta manera
hace un papel de conservación de suelos
y de paisaje incalculable.
En definitiva la gestión
y los aprovechamientos del agua en las islas con una media de precipitación de
400 mm, es muy complejo y exige un análisis interdisciplinar y por supuesto
científico.
Juan Carlos Santamarta Cerezal
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