UN EJERCICIO DE INVESTIGACIÓN: LAS GRANDES PRESAS DE LA HEREDAD DE AGUAS DE ARUCAS Y FIRGAS (leer o descargar libro)
En 1862 el joven Ingeniero de Caminos Juan León y Castillo escribió en la Memoria del Proyecto de presas de mampostería en el Barranco de Tamaraceite que «si el ensayo producía favorables resultados, se animarían otros muchos a hacer obras semejantes en otros barrancos análogos, cambiando la faz de sus costas hoy día incultas e improductivas». Y también añadió que del éxito de esta empresa [la construcción de grandes presas] podría nacer una nueva era para estas islas. No se equivocó con Gran Canaria.
Las siete presas escalonadas diseñadas con planta recta en el angosto Barranco de Tamaraceite en 1862 no se construyeron, ni tampoco la gran presa con planta recta diseñada en el Barranquillo del Pinto en 1867 por el Ayudante de Obras Públicas Pedro Maffiotte. Pero la “nueva era” en Gran Canaria comenzó treinta más tarde con la construcción de las grandes presas de embalse del Pinto (La Represa) y San Lorenzo (Martinón), ambas con proyectos de 1902. Aunque el primer proyecto que fue firmado, tramitado y concedido fue el de San Lorenzo (1902-1904), del maestro de presas Juan León y Castillo, la primera obra terminada en las Islas Canarias fue La Represa del Pinto, del Ayudante Julián Cirilo Moreno.
La Heredad de Aguas de Arucas y Firgas (constituida entre 1545 y 1546) construyó en el siglo XX dos grandes presas escalonadas en el Barranco de El Pinto (Arucas, Gran Canaria). La Represa y la Nueva Represa (la Presa de Abajo y la Presa de Arriba, como popularmente se las conoce).
En este trabajo de investigación se pretende demostrar que en 1899 (inicio de las obras) todavía no se había firmado y tramitado el Proyecto de la Represa (la obra inferior), de ahí la presentación a la Junta General de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas en junio de 1900 de unos planos y de una Memoria del proyecto de la Represa; que el proyecto final de la primera gran presa de embalse construida por la Heredad tiene fecha de diciembre de 1902, siendo la fecha del inicio de su tramitación la de enero de 1903; y que el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos D. Orencio Hernández Pérez no fue el presista que lo firmó, sino el Ayudante de Obras Públicas D. Julián Cirilo Moreno.
El Acta de Reconocimiento Final de La Represa del Pinto es de 1910, así que este viejo muro de mampostería de cal es una de las 100 presas más antiguas de nuestro país. España está considerada como el país de las grandes presas de fábrica pétrea, mientras que la isla de Gran Canaria es el último lugar del mundo occidental donde se emplearon de forma sistemática las fábricas de mampostería para la construcción de grandes presas de embalse. Luego muchas de nuestras grandes presas de mampostería tienen un valor histórico y cultural muy alto. Las diferencias con la España peninsular en diseño y construcción de grandes presas fueron importantes hasta la llegada de los Ingenieros de Vigilancia de Presas a la isla en enero de 1964.
Con un siglo de vida era ya necesario poner en orden los datos que sobre las dos grandes presas del Pinto se han escrito en numerosos documentos técnicos, especialmente en catálogos, inventarios y registros de grandes presas por parte de las distintas administraciones. En fin, que tras investigar la historia de la construcción de las grandes presas de San Lorenzo, Majada Alta (las Niñas), Tamadaba, Soria y Chira, era ya necesario tener una conversación técnica e íntima con lo diseñado y lo construido en el Barranco del Pinto (Arucas), con especial referencia a la capacidad del embalse, altura y perfiles de este tipo de obras.
Todo ello con el único objetivo de poner en valor a las grandes presas construidas en Gran Canaria, de cara a sus posibilidades culturales expansivas.
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